Hay un tipo de sensibilidad que las mujeres tienen que yo no la tengo. No lloro con las películas, no enloquezco con los bebés, no empiezo a celebrar la Navidad cinco meses antes y no le digo al hombre que acaba de arruinar mi vida que le quiero.
Así soy yo, para bien o para mal.
Si quieres quedarte, quédate, sabes que eres bienvenido; pero si vas a irte, vete ya y hazlo rápido e indoloro. Arráncate de golpe de mí.
Quiero un contigo o un sin ti, pero no lo que hay en medio,
no quiero tus restos ni tus pedazos ni las sobras de tu tiempo.
¿Sabes? no sé si te has dado cuenta, pero yo ya no soy esa niña que estuvo contigo. No he cambiado tanto, sigo teniendo el mismo pelo claro, la misma piel y los mismos ojos verdes, que tanto te encantaban. Sigo teniendo la misma mala leche y la misma forma de analizarlo todo. Pero hoy, ya no estoy dispuesta a volver a pasar todo lo que pasé por vos. No pienso volver a luchar por una relación muerta o a llorar por algo que no nos lleva a ninguna parte. No volveré a escribir las ocho letras de tu nombre tontamente en cualquier superficie. No volveremos a ser Peter Pan y Wendy. Volveré a ser inocente, tonta y enamoradiza pero no por vos, lo nuestro terminó. Te quiero mucho y lo haré siempre, pero jamás de la misma forma en que lo hice. Ahora se que no mereció la pena, que desde el principio fue algo sin futuro, vos y yo nunca hemos estado hechos el uno para el otro, y que tratar de conseguir que funcionase fue la mayor estupidez de mi vida.
Soy de las que no quitan la sonrisa de la cara, de las que cuando les pasa algo, lo primero que hacen es llamar a sus amigas.
De las que caen 7 veces y se levantan 8.
De las que ríen hasta llorar y lloran hasta reir.
De las que les da igual lo que los demás piensen de ella. :)
Creí que me querias, que me necesitabas, que era importante para alguien al menos, que por fin podía sentirme como en casa, como respirando sin sentir que me desvivía en ello. Hasta que entonces en esos puntos suspensivos te encargás de romper todo lo que nos une. Así. De la nada. Estoy cansada de darme el lujo de entregar partes de mí y quedarme con las manos vacías. No quiero más eso. No quiero más este juego, aún sabiendo que le titulan "vida". Quiero que me quieras de una manera sana, que me enseñes a amar sin sentir la necesidad de salir lastimada en el intento.
Sólo te pido eso, no me quites una vida. Ya perdí muchas.
Sé que el último día de mi vida, sólo me arrepentiré de aquellas cosas que no haya hecho. De todas esas sobre las que dudo durante más de cinco minutos y al final decido no llevarlas acabo.
De todo lo que medito durante días que podría haber hecho para mejorar ese momento que sólo sucede una única vez, y que no hice. De todo lo que prometí y me prometí, y luego no cumplí. De todo lo que me callé cuando por dentro estaba apunto de reventar y deseaba gritar a los cuatro vientos. Y, sobretodo, de todas esas cosas que me hubiese gustado hacer o decir, y que no hice o dije por culpa de esa característica timidez que me acompaña en algunas ocasiones.
Porque uno mas uno no siempre son dos,
porque el blanco puede ser negro,
porque el negro es la mezcla de todos los colores,
porque lo más fácil no siempre es lo acertado,
porque lo complicado a veces es más atractivo,
porque lo atractivo no siempre tiene que ser bonito,
porque un no a veces es un si, y un si a veces es un no escondido,
porque no es oro todo lo que reluce ni plata todo lo qe no brilla,
porque comer a veces no te quita el hambre y dormir no significa que descanses, porque que me quieras no significa que no esté sola, porque estar rodeado de gente no significa estar acompañado,
porque se puede soñar despierto, porque a veces los ojos hablan más que millones de palabras o idiomas, porque a veces los silencios, duelen más que las palabras...
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